Planeta Protegido 2024.


Bienvenidos al Blog Revista Ambiental. En esta entrada comentaré brevemente los hallazgos clave del informe Planeta Protegido 2024 y repasaré sus principales antecedentes. 


¿En qué consiste el Marco Mundial para la Diversidad Biológica?  

En diciembre de 2022, 196 países miembros del Convenio de Diversidad Biológica adoptaron el Marco Mundial para la Diversidad Biológica Kunming-Montreal, cuyo objetivo principal es detener y revertir la pérdida de biodiversidad para el año 2030 y que hacia el 2050 se cumpla la visión compartida de vivir en armonía con la naturaleza. En esa dirección, en octubre de 2024 se presentó la primera evaluación global oficial del progreso con relación a la Meta 3 del Marco Mundial para la Diversidad Biológica Kunming-Montreal, informe que lleva por título Planeta Protegido 2024.  

Antes de mencionar los hallazgos clave del informe Planeta Protegido 2024, procederé a citar el texto completo de la Meta 3: “Garantizar y hacer posible que, para 2030, al menos un 30 % de las zonas terrestres y de aguas continentales y de las zonas marinas y costeras, especialmente las zonas de particular importancia para la biodiversidad y las funciones y los servicios de los ecosistemas, se conserven y gestionen eficazmente mediante sistemas de áreas protegidas ecológicamente representativos, bien conectados y gobernados equitativamente y otras medidas de conservación eficaces basadas en áreas, reconociendo, cuando proceda, los territorios indígenas y tradicionales, y que estén integradas a los paisajes terrestres, marinos y oceánicos más amplios, garantizando al mismo tiempo que toda utilización sostenible, cuando proceda en dichas zonas, sea plenamente coherente con la obtención de resultados de conservación, reconociendo y respetando los derechos de los pueblos indígenas y las comunidades locales, incluidos aquellos relativos a sus territorios tradicionales”.  

En el Informe Planeta Protegido 2024 también se explican dos definiciones, la de área protegida y la de otras medidas efectivas de conservación basadas en áreas (OMECs). El artículo 2 del Convenio de Biodiversidad define área protegida como un “área definida geográficamente que ha sido designada o regulada y administrada a fin de alcanzar objetivos específicos de conservación”, mientras la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) entiende por área protegida el “espacio geográfico claramente definido, reconocido, dedicado y administrado, a través de medios legales u otros medios efectivos, para lograr la conservación a largo plazo de la naturaleza con los servicios de los ecosistemas y los valores culturales asociados”. Ahora bien, se entiende por área protegida y conservada las áreas que cumplen los criterios de las OMECs. A diferencia de las áreas protegidas, señala el informe, puede que en las OMECs la biodiversidad no sea el objetivo principal, pero deben haberse identificado valores ecológicos y gestionarse la conservación de esos valores de forma sostenible a largo plazo, a pesar de su enfoque principal.  


¿Qué nos informa Planeta Protegido 2024?  

Según datos oficiales, la cobertura global de las áreas protegidas y conservadas ha alcanzado el 17,6% de las tierras y las aguas continentales y el 8,4% de las áreas marinas y costeras. A pesar de los esfuerzos, el progreso de cobertura debe acelerarse para alcanzar la Meta 3 hacia el 2030, honrando los compromisos asumidos en materia de derechos humanos, gobernanza equitativa y reconocimiento de los territorios indígenas y tradicionales.

En cuanto a cobertura, los sistemas de áreas protegidas y conservadas se están expandiendo a nivel global. Si bien es cierto el 30% de cobertura es una meta global hacia el 2030, 51 países y territorios ya cuentan con sistemas de áreas protegidas que exceden el 30% de cobertura en tierra y 31 países y territorios en el mar, lo que demuestra los esfuerzos realizados a nivel nacional. Hacia el 2030 el sistema de áreas protegidas y conservadas tendrá que ampliarse un 12,4% (16.7 millones de km2) en tierras y aguas continentales y un 21% (78.3 millones de km2) en áreas marinas y costeras.

Sobre las áreas, cabe destacar que un tercio de las áreas claves para la biodiversidad carecen de protección formal o están fuera de las áreas protegidas y conservadas. Aunque una cuarta parte de las ecorregiones ya tienen más del 30% de protección, muchas no están bien representadas dentro del sistema de áreas protegidas y conservadas. Menos de una quinta parte de las zonas de particular importancia para las funciones y servicios de los ecosistemas están protegidas.  

En materia de conectividad, el sistema global de áreas protegidas y conservadas todavía no está conectado según las métricas usadas en el informe. En base a los indicadores descritos en el informe, sólo un 8.5% de la tierra está protegida y conectada a la vez.  

En cuanto a la efectividad, los datos son insuficientes para entender el progreso con relación a los aspectos relacionados con la efectividad de la Meta 3. Hasta la fecha, 177 países y territorios han completado e informado sobre la evaluación de la gestión de la efectividad del área protegida para al menos una área protegida.  

Con relación a la gobernanza equitativa, existe poca evidencia de que las áreas protegidas y conservadas se gobiernen equitativamente. Las evaluaciones de gobernanza son importantes para asegurar que los pueblos originarios y locales, participen de la toma de decisiones, tengan acceso justo a los beneficios derivados de la conservación y no sean impactados injustamente por sus costos. La gran mayoría de las áreas protegidas y conservadas están siendo gobernadas por los gobiernos nacionales y otros actores estatales. El reconocimiento de la gobernanza no estatal es limitado, con un 3.95% del área cubierta por las áreas protegidas y conservadas reportada como gobernada por pueblos originarios y comunidades locales y un 11.84% bajo la modalidad de gobernanza compartida. Más allá de las áreas protegidas y conservadas, los territorios originarios y tradicionales cubren al menos un 13.6% de las áreas terrestres globales.  

Para asegurar el éxito de la conservación de la biodiversidad a largo plazo, las áreas protegidas y conservadas deben ser integradas a paisajes terrestres más amplios, paisajes marinos y el océano, mientras se promueve una utilización sostenible que sea consistente con los resultados de la conservación. Esto requiere de un compromiso para integrar el ordenamiento territorial con una gobernanza robusta y una administración colaborativa que asegure tanto la protección de la biodiversidad como el mejoramiento de la calidad de vida de los habitantes.


Fuente: UNEP-WCMC and IUCN (2024). Protected Planet Report 2024. UNEP-WCMC and IUCN: Cambridge, United Kingdom; Gland, Switzerland.